¿Cómo es el nuevo inversor en capital privado?
En 2022, España dio el primer paso para unirse a la ola de democratización del capital privado. Con la aprobación de la Ley Crea y Crece se rebajaron los límites de inversión, abriendo las puertas de los mercados privados al inversor minorista y siguiendo la tendencia que en Estados Unidos y en algunos países vecinos ya se había iniciado.
Concretamente, la ley rebajó el mínimo de inversión en fondos de capital privado de 100.000 a 10.000 euros, permitiendo así la entrada del inversor minorista. La nueva normativa liberaliza, por tanto, esta inversión, pero lo hace con cautela, dando entrada a un inversor retail con todas las garantías de control y seguridad.
Su inversión no puede suponer más del 10% de su patrimonio y debe contar con asesoramiento financiero si invierte menos de 500.000 euros. Además, las gestoras tienen la responsabilidad de valorar sus conocimientos, experiencia y situación financiera antes de darle luz verde a que pueda invertir.
Este contexto abre una oportunidad enorme para la industria del capital privado, con la responsabilidad de abastecer a toda una nueva base de inversores, con otro tipo de perfl, objetivos y necesidades. Sin embargo, la ley por sí sola no tuvo el efecto deseado. La respuesta de las gestoras existentes a la rebaja de los límites fue muy limitada. Casi ninguna los redujo y las que lo hicieron no llegaron al nuevo mínimo marcado. Por qué sucedió esto. La explicación se debe a que la industria del capital privado es completamente analógica e implica unos costes tan altos que no resultaba rentable abrir las puertas a inversiones más pequeñas. Para que la democratización se produjese hacía falta otro ingrediente clave: la tecnología.
Tecnología, regulación favorable y educación financiera son tres ingredientes que combinados han desbloqueado el acceso a los mercados privados. El contexto es favorable y solo quedaba medir el pulso del inversor minorista sobre este tipo de inversión que ahora ya es una opción real para él. Impulsados por el afán de descubrir cuál es el alcance del capital privado en este nuevo contexto, Crescenta y EY se han unido para valorar el apetito de los inversores actuales y potenciales inversores minoristas en capital privado.
El 50% de la riqueza mundial está en manos de los inversores individuales lo que nos lleva a
preguntarnos, ¿cuánta parte de esa riqueza en España se puede canalizar hacia la inversión en Private Equity?
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