La inversión en fondos de capital privado es una inversión a largo plazo y se define como ilíquida porque debes mantener tu inversión, generalmente, por un periodo superior a los 5 años.
Esto se debe a que los fondos necesitan cierto tiempo para llevar a cabo sus planes de crecimiento y conseguir revalorizar la empresa en la que han invertido para después venderla y entregarte los beneficios a través de las distribuciones.
Según el momento en el que compren las empresas, existen fondos primarios y fondos de secundarios. Los fondos primarios son los que adquieren una compañía por primera vez, mientras que los de secundarios compran esa compañía a otro fondo (en el mercado de secundarios).
De forma resumida, el mercado secundario es un mercado donde se compran o venden activos financieros que ya se han emitido. Los inversores pueden acudir a este mercado y buscar oportunidades u ofertar las suyas si no quieren seguir invirtiendo, es decir, el mercado secundario ofrece a los inversores en capital privado una oportunidad de liquidez.
Principalmente, distinguimos dos tipos de transacciones en el mercado de secundarios según quién las realice, el partícipe del fondo (LP) o el gestor (GP).
Estas últimas, las realizadas por el GP ocurren cuando un activo o activos se trasladan de un fondo a otro. Esto suele ocurrir cuando llega el final de la vida de un fondo, pero el GP considera que aún no se ha adquirido todo el valor potencial, por lo que se transfieren a otro fondo para que continúe con el plan de generación de valor.
Este tipo de fondos que adquieren estas participaciones son los fondos de secundarios, por eso, al ser empresas en las que ya se han iniciado los planes de revalorización, los tiempos de inversión son menores.
Las transacciones de Limited Partner (LP) se dan cuando un partícipe no quiere seguir invirtiendo en el fondo de capital privado en el que ha comprometido una inversión y recurre al mercado secundario para vender su participación. El comprador tomará las posiciones del vendedor y le sustituirá en el fondo adquiriendo sus derechos y obligaciones. El vendedor puede deshacerse de la totalidad de las participaciones o solo de una parte.
Los fondos secundarios se especializan en adquirir posiciones ya activas en fondos existentes. La principal ventaja de estas transacciones es que los activos adquiridos suelen estar en una fase más avanzada de su ciclo de vida. Esto significa que la compañía subyacente ya ha superado las etapas iniciales de desarrollo, lo que reduce la incertidumbre asociada.
En los portfolios de Crescenta reservamos cierta exposición (alrededor de un 20%) a fondos de secundarios, que nos permiten reducir la curva J y dotar de más liquidez al portfolio.
Recorte de la curva J: al comprar una participación o activo con mayor madurez, se acelera el periodo de generación de valor, permitiendo que los inversores puedan vender en un plazo más corto. Esto tiene un impacto directo en el rendimiento del fondo secundario, ya que se reducen los plazos de inversión y se mejora el retorno ajustado al tiempo.
Por esta razón, al incluir fondos secundarios en una cartera, se logra mitigar el efecto de la curva J. La curva J se refiere a la rentabilidad negativa que típicamente experimentan los fondos de private equity en sus primeros años debido a los costes iniciales y la falta de retornos tempranos. Con los secundarios, esta fase inicial se acorta significativamente, optimizando el perfil de rentabilidad de la cartera.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuanto más cerca esté el fondo de recibir distribuciones más elevado será su precio en el mercado secundario. Además, al entrar en una fase más tardía, puede haberse perdido parte de la generación de valor.
Nuevas oportunidades: la negociación en el mercado secundario permite a fondos que no entraron en determinadas empresas finalmente poder incluirlas en su cartera.
Mayor certeza: cuando los inversores comprometen capital en un fondo no conocen la cartera que se va a construir. Sin embargo, cuando se entra en el fondo en una fase más tardía los inversores ya saben qué empresas forman parte del fondo, por lo que pueden analizar la cartera. En inglés este riesgo de no saber exactamente en qué empresas invertirá el fondo se conoce como “blind pool risk”, el riesgo de tirarse a una piscina vacía.
Dificultad de venta: aunque está experimentando un desarrollo acusado, el mercado de secundarios no está muy desarrollado en el ámbito del capital privado, por lo que puede resultar difícil vender y comprar participaciones. Además, hay fondos que tienen restricciones o condiciones para la venta de sus participaciones en el mercado secundario.
Descuento en el precio: aunque hay ocasiones en las que los inversores pueden vender con una prima (porque el fondo tiene una demanda particularmente alta o ha tenido un rendimiento excepcional), generalmente el inversor perderá dinero, ya que tendrá que vender sus participaciones con descuento. Además, se enfrentan a dificultades a la hora de fijar un precio. Al ser empresas que no cotizan, los compradores y vendedores pueden tener diferencias a la hora de fijar el valor de las participaciones.
Comisiones: la compra y venta en el mercado secundario puede estar sujeta a comisiones y otros costes derivados de la transacción.
Author
Sofía Cisneros
Comunicación y contenidos - Crescenta
La inversión en secundarios disminuye la liquidez de un fondo
El mercado secundario es un mercado donde se compran o venden activos financieros que ya se han emitido
Las transacciones realizadas por el GP ocurren cuando un activo o activos se trasladan de un fondo a otro
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